viernes, 23 de septiembre de 2011

Los Expedientes Secretos X Temporadas 1-9




Serie de TV (1993-2002). Fox Mulder y Dana Scully son dos investigadores del FBI que trabajan en el área de casos sin resolución ni explicación, ya sea por razones paranormales (espíritus, criaturas extrañas, aliens...) ya porque el gobierno se ha encargado de ocultar todo tipo de pruebas. Cuando Mulder tenía doce años, su hermana pequeña fue secuestrada por unos desconocidos, aunque según él, en una regresión hipnótica, fue abducida por extraterrestres sin que él pudiera hacer nada. Tras cursar sus estudios superiores en la universidad de Oxford, ingresó en la Academia de Quantico, donde se ganó el apodo de "siniestro". Empezó entonces su prometedora carrera como agente del FBI encargado de investigar los "Expedientes X". En 1993 le fue asignada como compañera la agente Dana Scully, una médico científica recién salida de la academia de Quantico, cuya misión consistía en desacreditar su trabajo. Sin embargo, con el paso del tiempo los informes de la Agente Scully sobre el trabajo en los Expedientes X comienzan a ser favorables para la cruzada personal del Agente Mulder.


CRÍTICAS
Sin duda una de las series de culto de los noventa, los motivos de que "Expediente X" abdujeran a millones de espectadores no eran ningún misterio: un tema atractivo incluso para los descreídos, una estética fría y poco emocional, casi siempre en regiones y ciudades boscosas, lluviosas, desangeladas -muy apropiada a las historias tratadas: no creo que esta serie hubiera triunfado igual ambientada en Miami-, y unos personajes muy bien acoplados a su trama, especialmente un Mulder perspicaz y seductor que siempre parecía ser el más inteligente, a pesar de sus extraterrestres en la cabeza. Y si la postura lógica del espectador era la científica de Dana Scully, siempre aparecían tentaciones inexplicables ante las que dejarse convencer. Hubo siempre tanta tensión sexual no resuelta como falta de pruebas irrefutables, pero como en la series televisivas nadie pide concrección, el éxito encontró un camino abonado a la eterna indefinición. "X Files", con sus historias increíbles, resultaba creíble, duró muchas temporadas, adoptó multitud de seguidores que extendieron teorías mucho más allá de la TV -quién sabe qué hubieran conseguido con el internet global de hoy en día- y consiguieron engañarnos capítulo tras capítulo, deseando saber más. Cada uno de los trailers promocionales televisivos parecía aventurar que en el siguiente episodio iba a ser revelada la verdad, pero siempre seguía estando ahí fuera. Era parte de nuesta ingenuidad y nuestras ansias humanas por resolver ciertas preguntas. Revelarnos una resolución definitiva sobre el tema extraterrestre hubiera sido mentira, y el finiquito de la serie. La Fox se encargó de que nos identificáramos con Fox: Mulder quería creer. Nosotros queríamos creer. Y sobre todo Chris Carter, que se forró vendiéndola a medio mundo, quería que creyéramos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario